Alimentación hipocalórica:
Es aquella que tiene reducida la cantidad de calorías que aporta. Una persona promedio
requiere alrededor de 2000 calorías diarias, si ingiere una dieta que aporta
1500 calorías, diremos que su dieta es hipocalórica. Una dieta hipocalórica no
debe aportar menos de 800 calorías.
Son diseñadas principalmente para lograr una
reducción de peso en el paciente.
Hay situaciones específicas donde el paciente
se beneficia de un plan hipocalórico:
- Pacientes obesos
- Pacientes con sobrepeso y dislipidemia y/o hipertensión arterial
- Pacientes con riesgo de enfermedad cardiovascular
- Pacientes con síndrome de apnea del sueño obstructiva
- Pacientes con diabetes
- Pacientes con problemas vertebrales o de columna
- Pacientes con cirugía bariátrica.
Alimentos naturales y ejercicio:
- Frutas y verduras :Son los manjares hipocalóricos por excelencia, y el plato fuerte de este tipo de regímenes. En España, la dieta mediterránea lo pone en bandeja de plata.
- Preparación : La forma de preparar los alimentos también desempeña un papel crucial. Hay que apostar por viandas naturales y frescas, poco elaboradas y poco condimentadas, lo mejor es la cocina al vapor. Además, conviene que se tomen en pequeñas proporciones y que sean lo más variadas posibles en su composición.
- Alimentos prohibidos :Los guisos y las salsas están absolutamente desterrados de sus recetas. El organismo precisa determinadas dosis de energía para mantener a buen ritmo su frenética actividad y su complejo metabolismo.
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